Adicción al azúcar

La adicción es el uso de forma compulsiva e incontrolable de una sustancia que cada vez se intensifica más. Hay personas que tienen adicción al azúcar, el efecto placentero que producen los dulces actúa como reforzador lo cual provoca una repetición de la conducta para sentir esa sensación de placer que le produce los dulces.

Lo que ocurre en estos casos es que una afición se convierte en adicción. Cuando se consumen alimentos agradables, dulces, se incrementa la liberación de dopamina (regula la sensación de placer), por lo que se produce una asociación entre el dulce y la sensación de placer, lo que provoca que se aumente su consumo y en ocasiones incluso la cantidad llega a no ser suficiente y se aumenta porque se vuelve tolerante.

Si ya has intentado dejar los dulces puede ser que hayas tenido algún episodio donde te has dado un atracón y has comido más de lo que habías hecho antes, esto ocurre porque cuando restringes por completo el consumo de una sustancia, en este caso, no comer ningún dulce, cuando tienes la oportunidad de comerlos se libera una mayor cantidad de dopamina.

Tienes ese deseo imperioso de consumir dulces y no controlas su consumo, sientes la necesidad de buscar algo dulce para quedarte tranquilo, comes sin medida y con gran frecuencia, te sientes culpable y avergonzado después de comerlos.

¿Te has planteado dejar de consumir tantos dulces? ¿Por qué deseas hacerlo? Tal vez sea porque sepas que el azúcar no es nada saludable, se relaciona con una gran cantidad de enfermedades, envejece la piel, produce malestares estomacales. Si tu objetivo es estar más sano debes tenerlo claro y en mente siempre. Es fundamental que no olvides tu meta, que en este caso sería tener más salud. Y para lograrlo uno de los pasos es dejar de consumir tanto azúcar.

¿Qué te ha llevado a consumir hasta ahora? La sensación de ansiedad, pensamientos tales como “por uno no pasa nada”, etc. Cuando sientes esa ansiedad y ese deseo de consumir un dulce vas a por uno te lo comes y calmas la ansiedad momentáneamente. Después de comerte el dulce ¿ya no has vuelto a tener ansiedad nunca más? Al rato o al día siguiente vuelves a sentir la necesidad de comer más e incluso esta necesidad y ansiedad va aumentando, entonces ¿qué consigues comiéndote el dulce? Cuando sientes esa ansiedad vas a buscar algo dulce para acabar con ella, pero la verdad es que no lo estás haciendo, en realidad estás consiguiendo lo opuesto, la estás aumentando. Si lo que estás haciendo no te está ayudando a sentirte mejor y a lograr tu objetivo, estar sano, ¿por qué sigues haciéndolo?

Imagínate que tienes un perrito y cada vez que tiene hambre ladra, el perro va creciendo y cada vez pide más comida, así te ocurre a ti, cada vez tienes más ansiedad y consumes más.

Qué pasaría si cuando sientes que necesitas comer un dulce no lo haces. Te sentirías muy mal, no lograrías calmar esa ansiedad por el momento, te vendrían muchos pensamientos y sensaciones desagradables. Pero y qué pasa si los aguantas, podrías dejarlos ahí donde están y aun así no comerte el dulce. ¿Estarías dispuesto/a a sentirte mal para lograr ser sano?

Ahora piensa en un gran charco, lleno de agua y barro, un charco muy sucio, tu estás en un lado del charco y tu salud está al otro lado. Si logras cruzar el charco serás más sano, ya no tendrás los problemas que te ocasionan los atracones de dulces, dolores de barriga, indigestiones, estarás más ágil, te encontrarás mejor. Pero para lograrlo debes pasar por ese sucio charco, mancharte entero/a, hacer un gran esfuerzo para apartar toda la suciedad, sentirás dolor, cansancio, pero cuando llegues al otro lado tendrás lo que deseas. ¿Estarías dispuesto/a a atravesarlo?

Ahora piensa en que ese charco es tu ansiedad, tus sensaciones de malestar y pensamientos desagradables que te vienen cuando deseas comer algo dulce.

Si te quedas donde estás ahora, perderás todo lo que está al otro lado, pero no pasarás por el charco, pero si quieres tener mejor salud tienes que pasar por ahí, tienes que sentir la ansiedad, el malestar y seguir andando con esas sensaciones, no se puede tener una cosa sin la otra.

Hasta ahora te has dedicado a luchar contra tus sensaciones y pensamientos, pero no has logrado dejar el azúcar. Hay cosas que se pueden cambiar pero otras no, puedes controlar lo que haces, como decidir no comerte ese dulce que tienes en la mano, pero no puedes controlar los pensamientos y sensaciones que te vienen, por lo que no sirve de nada luchar contra ello, sino aceptarlos que están ahí, dejarlos estar y hacer lo que realmente quieres, no comerte el dulce aunque sientas malestar.

A.P.M

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