Elige tu camino

Ya sabes cuáles son las plantas de tu jardín, tienes claro lo que es importante para ti, qué plantas quieres cuidar.

¿Qué estás haciendo para cuidar esas plantas? Si ya sabes qué quieres, ahora tienes que decidir qué tienes que hacer para que tus plantas florezcan, abonarlas, cuidarlas, regarlas, requieren tiempo y esfuerzo para mantenerlas como quieres. Por ejemplo, si una de tus plantas es tener salud y te has propuesto adelgazar 5 kg. para conseguirlo tienes que cambiar tu dieta, hacer ejercicio y ser constante para lograr adelgazar esos kilos que deseas. No será fácil, puede que sientas ansiedad, miedo a fracasar, sentir y pensar es inevitable, pero nuestras acciones no dependen de lo que sintamos ni de lo que pensamos, nosotros controlamos lo que hacemos, en un momento dado pueden venirte pensamientos que te digan “estás triste, come un poco de chocolate para animarte”, pero tú decides quién es más fuerte, si tu o tus pensamientos. Es importante no olvidar hacia dónde vas, imagínate que vas a hacer un viaje y te diriges al norte donde hay una montaña a la que quieres ir, durante el camino en coche hay partes en las que divisas con claridad la montaña y otras en las que pasarás por un túnel, todo forma parte del camino que tienes que recorrer hasta llegar a la montaña. A veces se requiere prestar atención al siguiente paso que debes dar pero sin dejar de visualizar la montaña, si únicamente te centras en el camino que tienes que seguir acabarás perdiendo de vista la montaña y si solo centras tu mirada en la montaña, no sabrás los pasos que tienes que dar para llegar a ella. Por lo tanto es importante tener siempre presente los 5 kg. que quieres adelgazar pero también las comidas que tienes que hacer cada día, el ejercicio que tienes que practicar, etc.

A lo largo del recorrido hasta la montaña nuestros pensamientos nos estarán molestando de vez en cuando intentando distraernos, es como si llevásemos unos compañeros de viaje que quieren cambiar el rumbo del coche todo el tiempo y no se callan, te piden que vayáis a otro lugar y la única forma de que no hablen es hacer lo que ellos quieren, así dejarán de molestar pero tú no irás a donde realmente quieres. Por otra parte, tienes la opción de seguir tu camino aceptando los comentarios de tus acompañantes pero llegar a la montaña. Como comentaba anteriormente no puedes controlar tus pensamientos pero sí tus acciones, si no crees que seas capaz imagínate que te digo que si tocas la pantalla del ordenador no lograrás llegar a la montaña y ahora repite en tu mente “toca la pantalla”, ¿sólo por pensar eso tienes que tocarla? O ¿puedes tener ese pensamiento y aun así no tocar la pantalla?. Esto te ocurrirá cuando estés trabajando en cuidar tus plantas, te vendrán ciertos pensamientos y sentimientos pero puedes seguir cuidando plantas aceptando tener esos pensamientos sin prestarles atención, porque ¿qué pasa si prestamos atención a los pensamientos que nos vienen?. Ahora imagínate que haces una fiesta en tu casa a la que están invitados todo el mundo, no puedes prohibirle la entrada a nadie. Habrá gente que te resulte agradable, pero también habrán otros que no. A la fiesta a asistido un vagabundo que está sucio, huele mal, come con las manos y te resulta molesto que esté en la fiesta así que intentas echarlo pero él vuelve a entrar ya que no puedes prohibirle la entrada a nadie. Decides seguirle para controlar lo que hace, que no se meta en peleas, para limpiar lo que va ensuciando, la fiesta sigue sin ti, no estás disfrutando de tu fiesta porque estás detrás del vagabundo, si lo dejaras y estuvieras con el resto de invitados, comiendo y bailando aunque el vagabundo ensuciara, estarías disfrutando de la fiesta, esto ocurre con tus pensamientos, te centras en no pensar, en eliminar los pensamientos que te vienen y mientras gastas tu esfuerzo en esto no estás cuidando tus plantas, si dedicas tu tiempo a arrancar las malas hierbas quién va a cuidar de las flores.

A.P.M

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